En cada mirada, arden mis ojos,
cada instante vivido, todos mis despojos,
soy madre del deseo, guardiana del don,
en la danza infinita de esta devoción.

En la sombra de un deseo ardiente,
donde el cuerpo y el alma se entienden,
camino entre mitos y fantasías,
perdida en mareas de melodías.

Cuerpos que hablan sin necesidad,
susurros de piel, pura verdad,
cada encuentro, un juego, un ritual,
un fuego encendido, un lazo inmortal.

Adicta al roce, al dulce placer,
mis venas se llenan de querer,
cada caricia, un viaje sin fin,
a donde el alba se pierda, el sol no esté allí.

Mujer de secretos, de noches sin paz,
en un mundo de sombras, pero fugaz,
la reina de juegos peligrosos,
donde los límites son solo hermosos.

Atravesando la bruma, sedienta de más,
en el eco de risas que al aire va,
mis labios proclaman una eterna canción,
cantando al amor, sin restricción.

Adicta a amar, un alma errante,
mi esencia encierra siempre una amante,
la vida es un baile, cumbia, merengue,
en cada encuentro, me vuelvo a perder.

Yo soy latina, yo soy mujer,
en cada paso lo puedes ver.
M I R A M E.