silla
MujerSilla
Ya no me miras, amor, soy solo un mueble en tu hogar.
Una silla que no reclamas, una mesa que no usas al cenar.
Antes tus ojos me buscaban, ahora pasan de largo, sin parar.
Mi piel era fuego, ahora es sombra; mi voz era canto, ahora es callar.
¿Qué hice para merecer este silencio que me ahoga?
¿Dónde quedó el hombre que me amaba sin reservas ni zozobra?
Visto de colores, aromas de jardín, pero tú no lo notas, no lo ves.
Soy un cuadro viejo en la pared, que ya no emociona, que ya no es.
Quisiera gritar, romper el cristal, recuperar el brillo de tu mirada.
Pero temo que ni el eco de mi voz logre despertar tu alma cansada.
Quizás un día, cuando no esté, entiendas que me perdiste,
que era más que un adorno en tu vida triste.
Una mujer que aún respira, estés o no estés.
A D I O S.